El término “cervicalgia”, conocido también como “dolor de cuello” es una patología que describe un dolor en la región cervical. Este también puede afectar a la cabeza, la parte superior de la espalda o incluso los brazos y afecta a un 60-70 % de la población en algún momento de su vida.
Causas
Las causas de la cervicalgia pueden ser varias. No obstante, la mala postura se posiciona como la causa principal. Adoptar una postura incorrecta durante muchas horas, como podría ser frente al ordenador o conduciendo, provoca dolor, especialmente de espalda y cuello. Asimismo, si se realizan actividades que impliquen movimientos de cuello repetitivos y con una mala postura, se adopta una postura incorrecta del cuello que provocará tensión.
Las enfermedades degenerativas son otra de las causas de la cervicalgia, puesto que si estas afectan a articulaciones o estructuras de la zona alta de la columna, el cuello se ve perjudicado. Lo mismo ocurre con las enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, que pueden afectar las articulaciones del cuello y causar dolor cervical.
Un accidente, una caída o un golpe fuerte pueden provocar lesiones en los músculos, ligamentos o vértebras del cuello, resultando en dolor cervical.
Síntomas
El síntoma principal de la cervicalgia es el dolor en el cuello, sobre todo localizado en la nuca, y con cierta limitación para girar o doblar el cuello de manera natural. Esto es debido a la tensión y rigidez que sufren los músculos de esta zona cuando hay dolor. Cuando el dolor es muy agudo y el paciente está forzado a tomar una postura forzada del cuello, puede derivar en tortícolis debido al dolor intenso y repentino.
En ocasiones, este malestar puede irradiar hacia los hombros y los brazos, a menudo siguiendo el trayecto de los nervios cervicales afectados. En el caso de que estos nervios se irriten, los brazos, las manos o incluso la cabeza y la cara, en casos extremos, podrían llegar a sufrir una sensación de adormecimiento u hormigueo.
Otro de los síntomas más comunes de la cervicalgia es el dolor de cabeza, sobre todo en la parte posterior o en la base del cráneo. Por último, mencionar que algunas personas pueden sufrir sensación de mareo o vértigo, debido a la afección de los nervios cervicales.
Tratamientos efectivos con fisioterapia
En el tratamiento de la cervicalgia, la fisioterapia puede ser una herramienta muy efectiva, ya que ayuda a aliviar el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer los músculos del cuello y los hombros.
Los fisioterapeutas pueden dar pautas de ejercicios específicos de estiramiento adaptados a cada paciente. Estos estiramientos pueden ayudar a mejorar la flexibilidad de los músculos del cuello y los hombros, lo cual ayudará a reducir la rigidez y el dolor. Junto a los estiramientos, es muy importante añadir ejercicios de fortalecimiento de los músculos tanto del cuello como de los hombros y de la parte superior de la espalda. Estos ayudarán a mejorar la estabilidad y reducir la carga de las estructuras cervicales.
La terapia manual es otra técnica usada por los fisioterapeutas debido a sus grandes beneficios. El masaje terapéutico, la movilización articular y la liberación miofascial ayudan a aliviar la tensión muscular, reducir el dolor y mejorar la circulación.
Por último, teniendo en cuenta que la causa principal de la cervicalgia es la mala postura, el fisioterapeuta puede dar pautas y proporcionar consejos sobre cómo mantener una postura adecuada durante la realización de actividades físicas o diarias.
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